Alberto Fernández ganó por mucha diferencia. Más de la que se esperaba. El Gobierno había preparado el terreno de una derrota digna, pero los datos preliminares sugieren que fue más una victoria aplastante del Frente de Todos a nivel nacional y también en la provincia de Buenos Aires.
Y se puede explicar por distintas causas:
Ganó en provincias del oficialismo. Este es un punto clave. Según trascendió, Alberto Fernández y Cristina Kirchner derrotaron a Juntos por el Cambio en Mendoza y Jujuy, gobernadas por el radicalismo aliado a Mauricio Macri. En esos dos lugares, Juntos por el Cambio tuvo una mala performance.
En Corrientes la elección era muy reñida. En esa provincia, Macri esperaba un buen resultado. Tampoco lo obtuvo. En Córdoba, Macri no logró mantener la diferencia que le sacó en 2015 a Daniel Scioli. Fernández mantuvo una buena performance allí.
Qué necesitan Alberto Fernández y Mauricio Macri para ganar en primera vuelta
En la provincia de Buenos Aires, la diferencia entre Fernández y Macri fue muy superior a la esperada tanto en el oficialismo como en la oposición. Según las estimaciones provisorias, Alberto venció a Macri por más de diez puntos y Axel Kicillof le ganó por mucho a María Eugenia Vidal. Según el escrutinio provisorio la superó por 49 a 33 por ciento.
Las primeras versiones indican que Juntos por el Cambio perdió en muchos de sus municipios, que los había conseguido con la “ola amarilla” de 2015, como Morón. Por otro lado, el kirchnerismo amplió su ventaja en los municipios que gobierna.
Ya se festeja en el búnker kirchnerista: "Ohh vamos a volver, a volver, a volver"
Por ejemplo, en Hurlingham el peronismo sacó más diferencia que en las elecciones generales pasadas de 2015 en las tres categorías. Lo mismo pasó en otras intendencias del Conurbano como Ituzaingo.
Claro que esa es la explicación de los números. Pero hay otra explicación que tiene que ver con un cambio político en la sociedad, que prefirió la fórmula de Alberto y Cristina Kirchner mayoritariamente, quizás en castigo a la crisis económica. Por eso, los centros urbanos favorecieron al kirchnerismo, cuando en 2015 fue al revés.